Director: Robert Siodmak
Guion: Gabrielle Upton, Peter Berneis
Productor: Peter Berneis
Reparto: Don Murray, Christine Kaufmann, Werner Klemperer, Ingrid van Bergen, Carl Schell, Bruno Fritz
Duración: 85 min.
Un grupo variopinto de ciudadanos se juega la vida tratando de huir de Alemania Oriental a través de un tunel que atraviesa el Muro de Berlín.
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1. De las cuatro etapas en que se divide la obra de Robert Siodmak la desarrollada en Estados Unidos en los años cuarenta es la más conocida, la que ha dado más juego a la crítica y a los cinéfilos. Apenas contamos con estudios sobre el Siodmak que inició su carrera en Alemania, el Siodmak que llegó a Francia a comienzos de los años treinta huyendo de los nazis y el Siodmak que regresó a Alemania harto de la nueva inquisición Mcarthyana. Probablemente por desconocimiento, porque su filmografía europea de Siodmak ha permanecido enlatada durante décadas y su difusión ha sido escasa. Afortunadamente eso está cambiando. Ahora podemos acceder a buena parte de las películas filmadas por Siodmak en sus inicios en Alemania y en Francia y, poco a poco, vamos rellenando huecos de la segunda etapa alemana. Ahora quienes no sabemos alemán podemos disfrutar de esta película en su versión española, correspondiente a un pase de la TCM, con el doblaje original del estreno de la película en España, en 1964.
2. Esta película tuvo algo de maldita. Como lo tuvieron otras que los viejos maestros del cine clásico rodaron entre los años cuarenta y cincuenta denunciando el totalitarismo soviético. Películas como Man on tighrope (Fugitivos del terror rojo), de Elia Kazan o como Torn Curtain (Cortina rasgada), de Hitchcock, por poner un par de ejemplos. En el mundo polarizado de la Guerra Fría era fácil caer en la tentación de analizar el cine –y el arte y la cultura en general- por su alineamiento ideológico y no por su calidad, y ello afectaba a la valoración de este tipo de filmes. Filmes que, por otra parte, más allá de sus méritos, también eran herramientas de propaganda del bloque occidental. Ese fue el caso de Tunel 28, rodada en la República Federal de Alemania pero financiada por una productora norteamericana. Todo esto explica que películas como las arriba citadas generaran en un importante sector de la crítica un rechazo a priori, incluso previo en algunas ocasiones al visionado del film. Una inercia que se ha arrastrado durante años: todavía en 1993 un colaborador de Dirigido Por... tachaba Túnel 28 como “infumable”, sin ofrecer ninguna explicación al respecto.
3. Tras la Segunda Guerra Mundial Alemania fue dividida en cuatro sectores ocupados por los ejércitos americano, francés, inglés y soviético. Conforme avanzó la Guerra Fría los aliados occidentales reunificaron sus tres zonas, que constituyeron en 1949 la República Federal de Alemania. A modo de reacción, los soviéticos fundaron ese mismo año en el territorio bajo su control la República Democrática Alemana. La capital alemana, Berlín, también se dividió en cuatro sectores, tres de los cuales se integraron en la República Federal, mientras que el soviético se incorporó a la Democrática. El Muro de Berlín fue construido por los soviéticos en agosto de 1961 para impedir que los ciudadanos del sector oriental pasaran a Berlín Occidental. Entre las fechas de su construcción y su demolición, en 1989, murieron entre 150 y 250 personas (hay discrepancias sobre las cifras) tratando de cruzarlo. Túnel 28 cuenta la historia real de 28 ciudadanos que construyeron un túnel para escapar.
4. Siodmak llegó de rebote a la dirección de esta película. El director inicial era John Guillermin, que en mayo de 1962 anunció que ya contaba con Don Murray y Christine Kaufmann para los papeles protagonistas. No sé cual fue el motivo para el relevo, pero lo cierto es que Siodmak logró dar al encargo un toque personal. De hecho, hay dos frases en la película que reflejan en buena medida su filosofía, el espíritu que orientó su vida y sus obras más personales. La primera corresponde a los títulos finales: “Está en la naturaleza humana escapar al confinamiento”, algo que sabía muy bien el propio director, tres veces exiliado. La otra se la dice Murray a Kaufmann antes de cruzar el Muro: “¿Crees que es un paraíso lo del otro lado? Pues no es un paraíso”. Ahí conviven la necesidad de combatir la opresión o huir de ella, aún jugándose la vida en el intento, y la certeza de que tras la batalla o la escapada no existe una tierra prometida: una combinación que conoce muy bien todo exiliado. Por cierto que esta denuncia de la tiranía, de la brutalidad del Estado frente al individuo, también está presente en Nachts, wenn der Teufel kam (El diablo ataca de noche, 1957), película rodada cinco años antes. Sólo que si el El diablo…condena el totalitarismo nazi, en Túnel 28 la denuncia es contra el totalitarismo soviético.
5. Túnel 28 es una historia de aventuras, apasionante, narrada con claro dominio de la tensión dramática y que aborda la historia de un grupo de personas emplazadas en una situación límite. Si tuviera que compararla con otra película, la primera que me viene a la cabeza es una rodada al año siguiente: La Gran Evasión, de John Sturges. La analogía es evidente: las dos cuentan la fuga de un confinamiento a través de un túnel; los intentos de los captores por desbaratarlo; el esfuerzo que realizan los protagonistas por aparentar normalidad en situación que es anormal por definición; el compromiso y la traición; la superación de los obstáculos; la desesperación y la esperanza. Hay, sin embargo, una cosa que diferencia la trama de ambas: en La Gran Evasión los protagonistas son militares, hombres hechos prisioneros en acciones de guerra, preparados para luchar y que en su mayoría han elegido un tipo de vida que entraña grandes riesgos; en Túnel 28 el campo de concentración es toda una ciudad y los protagonistas son ciudadanos comunes, normales y corrientes: el mecánico, la profesora, el funcionario… Son hombres y mujeres normales, como cualquiera de nosotros. Y eso hace que su situación sea más terrible...