STILLER Y GARBO
Como maestro, Stiller tuvo una discípula que le superó en fama. Se llamaba Greta Lovisa Gustafsson, y sólo tenía una pequeña experiencia en cortos comerciales. Pronto sería conocida en todo el mundo con el nombre -por cierto españolísimo- de Greta Garbo.
Stiller se fijó en ella cuando formaba parte del jurado en representación de la Svensk Filmindustri para la admisión de alumnos en la Real Academia de Arte Dramático de Estocolmo. Greta se presentaba al examen de admisión. También foramba parte de este jurado Gustav Molander. Fue así como Stiller, que buscaba actores para su película "La Leyenda de Gösta Berling", le adjudicó el papel de la joven condesa de origen italiano Elizabeth Dohna. El papel principal corrió a cargo de Lars Hanson aunque después de probar a Carlo Brisson, un danés ex-boxeador
y actor lírico que en aquellos momentos triunfaba en los escenarios con el papel de Danilo en "La Viuda Alegre".
La elección de la Garbo no pareció un acierto en el primer momento: <Hylten-Cavallius cuenta que la joven no era dueña de una personalidad digna de comentario. Él y Stiller se preguntaban frecuentemente si tendría la capacidad necesaria para interpretar a Elisabeth: "Es tan tímida que no tiene el valor de mostrar lo que siente. No posee ninguna técnica" decía Stiller... Pero tanto él como Cavallius se consolaban: como quiera que fuese era fascinante, simplemente maravillosa>
Cuando en 1932 Greta Garbo se hallaba en la cumbre de la fama, declaró en una de sus entrevistas oficiales: "Yo veneraba a Stiller. Existe, naturalmente, quien dice que fue una historia de amor. ¡Era más que eso! Era la absoluta veneración que sólo los muy jóvenes pueden comprender. La adoración de un alumno a su maestro, de una muchacha tímida a una mentalidad poderosa..."
En contrapartida a esta devoción, la confianza de Stiller en el talento de su protegida fue total desde un principio. Después de que ella hubo demostrado su valía en "la Leyenda de Gösta Berling", se la llevó a Turquía con el director de fotografía Julius Jaenzon. Pretendían rodar allí una película titulada "La Odalisca del Sultán", pero un problema de financiación lo impidió y marcharon a Alemania, donde, por recomendación de su compatriota Asta Nielsen, que estaba interpretando "La Calle sin Alegría" (Die Freudlosse Gasse, 1925), de George Wilhem Pabst, Garbo consiguió el segundo papel femenino. En la actualidad, su interpretación de la joven pequeñoburguesa que se ve obligada a prostituirse para salir de la miseria es una de las grandes bazas del filme.
RUMBO A AMÉRICA
En Berlín fueron contratados por Louis B. Mayer para trabajar en los estudios de la Metro, y el 5 de julio de 1925 desembarcaron en Nueva York.
Stiller lo pasó muy mal en América: problemas de salud, de comunicación y enfrentamientos con el estudio le impidieron trabajar más que en cinco películas. Por otra parte, se había ganado la hostilidad del niño prodigio de la Metro, Irving Thalberg, al presentar a Greta como "la Norma Shearer de Suecia" (Norma era la esposa de Thalberg y por tanto su situación en la Metro era sumamente privilegiada. En realidad, Garbo hizo a veces papeles que ella había rechazado entre ellos el de su debut en "El Torrente").
Durante los primeros meses, la Metro no sabía qué hacer con la Garbo y es probable que la hubiese dejado regresar a Suecia de no haber efectuado Stiller uno de sus pasos más audaces: consiguió que la prestigiosa revista Vanity Fair publicase unas espléndidas foografías de Arnold Genthe que demostraban la excepcional fotogenia de su protegida. El resultado fue un aumento de sueldo y el papel protagonista de la ya citada "El Torrente" (The Torrent, 1926), según la novela de Blasco Ibañez.
Stiller confiaba en dirigir la segunda película de Greta, "La Tierra de Todos" (The Temptress, 1926), según otra novela de Blasco Ibáñez, pero fue expulsado del rodaje y sustituido por Fred Niblo. Más suerte tuvo en la Paramount. donde dio un gran éxito a Pola Negri con "Hotel Imperial" (1927); pero sus exigencias le acarrearon la hostilidad de los ejecutivos, de manera que el título citado y "Confesión" -también con la Negri- son las únicas películas que le fue permitido terminar. Incluso su última realización "La Calle del Pecado" (The Street of Sin, 1928), con Emil Jannings y Fay Wray, fue finalizada por Ludwig Berger.
EXQUISITO DESPRECIO
No sólo la situación laboral se presentaba bajo negros auspicios. La vida de Hollywood, así como la incultura de los productores no podía satisfacer a un hombre tan exquisito y refinado. En su correspondencia daba abundante muestra de desprecio por la civilización americana y manifestaba continuamente su nostalgia por la vieja Europa. Fracasado y enfermo volvió a Estocolmo donde murió al poco de un ataque al corazón.
Cuando esto ocurrió, Garbo era ya una estrella de renombre internaional. Se hallaba en pleno rodaje de su octava película para la Metro, "Orquideas Salvajes" (Wild Orchids, 1929) junto a Nils Asther. Precisamente estaba interpretando una escena de amor cuando le comunicaron la muerte de Stiller. Según testigos, se retiró a un rincón profundamente penada. Después de un buen rato, regresó al plató para rodar la escena tal como Stiller la hubiera deseado.
Extracto de "La Gran Historia del Cine" por Terenci Moix, págs. 471, 474-5.