1918 / 1995
Actriz, Directora, Guionista, Productora.
Martin Scorsese dijo:
"Nunca conocí a Ida Lupino, pero siempre soñé con ello. Y ahora, por desgracia, ya no tendré ocasión de hacerlo. Era una mujer que poseía un talento extraordinario, como el de la puesta en escena. Se recuerda su trabajo de actriz exigente y deslumbrante, pero sus magníficos logros de cineasta han quedado un poco a la sombra, y es injusto. Fue una auténtica pionera, mucho más importante e interesante que Dorothy Arzner, la realizadora más importante que la precedió. Lupino realizó seis películas entre 1949 y 1953, que son notables fragmentos de música de cámara, y que traían temas muy osados de forma muy clara, casi documental.
Estas películas marcan un hito en la historia del cine norteamericano. (...)
En la obra de Lupino lo que está en juego siempre es la fragilidad psicológica de la víctima. Sus películas estudian las almas heridas de una manera muy meticulosa, y describen el lento y doloroso proceso por el que las mujeres intentan combatir su desesperación para dar de nuevo un sentido a su vida. Las heroínas de Lupino tienen siempre una gran dignidad, al igual que sus películas. Es una obra marcada por un espíritu de resistencia, con un extraordinario sentido de la empatía por los seres frágiles o los corazones rotos. Esto es también lo que la hace esencial. (Publicado en el número 500 de Cahiers du cinema).
La maravillosa Ida Lupino nunca fue (injustamente) considerada una estrella, pero tiene un lugar merecido en la historia del cine gracias a interpretaciones en clásicos como las inolvidables “El último refugio” y “La pasión ciega” ambas del gran Raoul Walsh, ‘El Lobo de Mar’, de Michael Curtiz, “Out of the Fog” de Anatole Litvak, “El Parador del Camino” de Jean Negulesco, “La casa en la sombra” de Nicholas Ray, “Infierno 36” de Don Siegel o la fantástica “El gran cuchillo” de Robert Aldrich. Inconformista, independiente y emprendedora no se conformó con ser una actriz sin parangón, sino que también hizo historia al convertirse en una de las mujeres pioneras en el campo de la dirección y el guión, en un momento en el que no era habitual que ellas se dedicaran a esos menesteres. Y lo cierto es que lo hizo con estilo propio y resultados sobresalientes.
En 1950 se convirtió en la segunda mujer en afiliarse al Directoras Guild estadounidense. No solo suponía una rareza estadística sino un acto de valentía e independencia, en una época en que la dirección era cosa de hombres. La primera en afiliarse había sido Dorothy Arzner en 1938.
Ida con 19 años en “Sea Devils”
Durante los años siguientes se le encomendaron papeles en comedias sin mayor trascendencia, a las ordenes de Henry Hathaway, Lewis Milestone o Rouben Mamoulian. La película más importante en que figuró, en un papel breve, fue Peter Ibbetson (1935, dir. Henry Hathaway, con Gary Cooper), pero un producto típico de esa etapa de su carrera es The Gay Desperado (1936, dir. Rouben Mamoulian): el título no significa lo que podría creerse en una lectura apresurada, sino algo así como "El forajido alegre".
Ida Lupino y Humphrey Bogart
En “The Man I Love”
Pero en 1949 todo cambió, cuando Lupino decidió que su experiencia familiar la hacía idónea para un papel menos pasivo en el mundo de cine.
Con Robert Ryan en “Beware, My Lovely”
Con el gran Jack Palance en “El gran cuchillo”
Para una compañía nueva y sin mucho capital pero con ganas de expresarse, el cine B era la mejor opción. En 1949 Ida Lupino, junto con su segundo marido Collier Young y el dueño de una cadena de tiendas, Anson Bond, fundan Emerald Productions.
El primer trabajo de Lupino como productora y coautora es Not Wanted (1949, dir. Elmer Clifton), un drama realista sobre una joven embarazada por un músico de paso, que da a su hijo en adopción, se arrepiente y trata de secuestrar a un bebé ajeno.
La película está rodada sobre todo en las calles de Los Angeles en un estilo semi documental, no tiene final feliz y para la época en que fue lanzada sólo pudo ver la luz en la relativamente incontrolada clase B.
También fue la primera vez en que Lupino dirigió, al enfermarse Clifton en mitad del rodaje.
Y fue la última vez que colaboró con Bond, que se separó de la compañía después del poco éxito económico (plenamente esperable) del film debut.
Lupino y Young se quedaron con la empresa, a la que bautizaron The Filmakers.
Ida Lupino en “Women in Chains”.
Quería contar historias sobre "personas pobres confundidas” .
La primera película de The Filmakers es el debut oficial de Lupino como directora, con un guión escrito junto a su marido.
Se trata de Never Fear (1950, relanzada como The Young Lovers) sobre una bailarina a quien la polio envía al hospital.
La mayor mayor parte de la película se filmó en una clínica especializada en recuperación de pacientes con poliomielitis.
Su siguiente dirección, y también guión, Outrage (1950), es todavía más radical y polémico.
Se trata de la historia de una joven de pueblo que volviendo de su trabajo es violada, debe huir ante la mala reacción de sus vecinos y sufre de una prolongada y violenta crisis de histeria. El final, abierto y dudoso, no es exactamente feliz ni convencional, pero sí realista.
“Outrage”
En 1951 dirige Hard, Fast and Beautiful, sobre la descomposición de una familia en la que una madre dominante trata de sacar provecho de las cualidades atléticas de su hija, y en 1955 The Hitch-Hiker, su única película no focalizada sobre dramas femeninos.
Es la historia de dos excursionistas, un camionero y un mecánico, secuestrados por un asesino serial escalofriante (William Talman, de quien no se supo más nada) que los lleva a México en un viaje de pesadilla.
“The Hitch-Hiker”
El mismo año se dirige por única vez a sí misma en The Bigamist, como una de las dos esposas de un vendedor viajante (la otra era Joan Fontaine) cuyas familias se enfrentan judicialmente. Esta fue la primera película que la compañía The Filmakers trató de distribuir por su cuenta, las anteriores se comercializaban a través de la RKO.
Con Edmond O'Brien en “El bígamo”
“Ida Lupino dirigiendo”.
Pero como medio en crecimiento, esa misma televisión absorbía y daba Cabida a todos los talentos capaces de producir material con los costos y los plazos acotados que la programación constante imponía.
Lupino abandonó casi por completo el cine, y como directora televisiva se mantuvo en actividad hasta 1978, llegando a tener en su haber más de un centenar de direcciones de películas y capítulos de series (Los intocables, La isla de Gilligan, La dimensión desconocida, El fugitivo y casi todas las series célebres de la época).
Así como casi fue la primera, y una de las mejores, Ida Lupino se convirtió en la más prolífica de las directoras, y la denostada televisión le brindó una carrera que la actuación no hubiera podido sostener.
En su penúltima aparición en la pantalla grande, The Food of the Gods (1976, dir. Bert I. Gordon), su personaje es mordido por gusanos enormes y devorado por una rata gigante, lo que hace agradecer que tuviera un segundo trabajo con el cual ganarse la vida. Su última actuación fue en My Boys are Good Boys (1978, dir. Bethel G. Buckalew), su última dirección un capítulo de una comedia televisiva en 1968.
Richard Boone en “Have Gun - Will Travel”
Pero su enfoque feminista es lo que ha despertado mayor admiración. "Su trabajo en The Filmakers", dice una nota de 1976 del Village Voice, "puede servir como modelo de la moderna producción feminista de películas. Lupino no sólo tomó control de la producción, dirección y autoría, cada una de sus películas apunta a la brutal repercusión de la sexualidad, la independencia y la dependencia ".
Tampoco es que su media docena de películas para el cine le hayan dado fama, salvo la admiración feminista y la perpetua y breve mención en historias del cine.
Andrew Sarris, defensor de la teoría del autor, la despacha en media página de su libro The American Cinema de 1968; su esposa Molly Haskell, en su libro feminista sobre cine From Reverence to Rape (1973), califica sus películas de "convencionales, incluso sexistas", pero no menciona Outrage, un film claramente feminista sobre la violación.
Fue necesario el elogio encendido de Martin Scorsese para revalorizar sus películas y para dar a su creadora un merecido lugar entre los directores notables, aunque como suele suceder en estos casos, este elogio llegó en la forma de un obituario publicado en el New York Times fuego de la muerte de la actriz-directora-guionista-productora, en 1995.
El 3 de agosto de 1995, mientras luchaba contra el cáncer de colon, Ida sufrió un derrame cerebral y falleció en Los Ángeles.
Citas: Los datos y citas de la filmografía recogidas de imdb, decine21, filmaffinity, culturalianet y para la biografía el artículo “Ida Lupino, actriz y directora” de Gabriel Sosa.