The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

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felipemarlou
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The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

Mensaje por felipemarlou » Sab 18 Jun, 2016 14:55

Ripeo de cuba

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The Moon and Sixpence (1942)
Soberbia

País: EE.UU.
Duración: 89 minutos
B/N (gold tint) (reels 6-10) | B/N (Sepiatone) (reels 1-5) | Color (Technicolor) (some sequences) (last reel)

Director: Albert Lewin
Guión: W. Somerset Maugham, Albert Lewin
Productor: Stanley Kramer, David L. Loew
Director de fotografía: John F. Seitz
Música: Dimitri Tiomkin

http://www.imdb.com/title/tt0035078

Reparto: George Sanders, Herbert Marshall, Doris Dudley, Eric Blore, Albert Bassermann, Florence Bates, Steven Geray, Elena Verdugo, Fernando Alvarado, Willie Fung, Gibson Gowland, Robert Greig, Rondo Hatton, Kenneth Hunter, Molly Lamont, Mike Mazurki, Gerta Rozan, Irene Tedrow, Heather Thatcher

Sinopsis y comentarios:

Charles Strickland es un agente de bolsa, casado, con dos hijos, y sin conflicto visible con su familia. Un día cualquiera, la esposa encuentra una nota donde su esposo le anuncia que se ha separado y que se ha marchado para siempre a París. Cuando todo el mundo presupone que lo ha hecho por otra mujer, Geoffrey Wolfe, un escritor que se ha acaba de hacer amigo de la familia Strickland, comprueba que el motivo de su huida es otro muy especial. Pasión y vocación de un personaje inspirado en la vida del polémico pintor Paul Gauguin. (FILMAFFINITY)


Comentario crítico de Juan Carlos Vizcaíno:(Cinema de Perra Gorda)

Han pasado muchos años desde su muerte –en 1969-, y desde entonces también el terreno de la valoración cinematográfica ha evolucionado a la hora del análisis y el reconocimiento a tantos grandes nombres del cine. Pero esa justa reivindicación parece que solo haya pasado de largo para Albert Lewin, el culto y elegante ejecutivo de la Metro Goldwyn Mayer, que entre 1942 y 1957 firmó seis películas que en conjunto forman un inconfesado ciclo de propuestas, rasgos, inquietudes y actitudes morales, encontrándose entre las más insólitas y personales del cine norteamericano en el segundo tercio del pasado ciclo. De ellas, solo dos gozan de su debido reconocimiento entre aficionados y comentaristas de cierto nivel. Me estoy refiriendo, por supuesto, a THE PICTURE OF DORIAN GRAY (El retrato de Dorian Gray, 1945) y la posterior PANDORA AND THE FLYING DUTCH MAN (Pandora y el Holandés Errante, 1951) –rodada parcialmente en la Costa Brava-. Ambas poseen un reconocimiento especialmente justificado en el primero de los títulos enunciados, que es considerado además uno de los grandes exponentes del cine fantástico en la década de los cuarenta.

Pero Lewin había debutado como realizador –sería asimismo muy interesante realizar un repaso en cuantos títulos ejerció como productor; estoy convencido que se apreciarían rasgos estéticos muy singulares- tres años antes, con un título que es toda una declaración de principios sobre las maneras, las obsesiones estéticas, la denuncia del poder de opresión que podía manifestar cualquier sociedad hipócrita –especialmente occidental-, el camino de aportación para la sublimación de una existencia que suponía la creación artística, el enfoque refinado y cultural de sus propuestas –donde la dirección artística aplicada resulta fundamental-, y la importancia de los diálogos como complemento de esta vertiente culturalista, generalmente vinculada a raíces europeas.

Todo ello y bastante más está presente en esta THE MOON AND SIXPENCE (Soberbia, 1942), con la que Albert Lewin dio vida a uno de los más deslumbrantes debuts cinematográficos de la década –muchas veces se tiene la impresión que ese mérito solo era exclusivo de Orson Welles-. La primera película de Lewin tiene su origen en la adaptación de una novela de William Somerset Maughan, basada en la vida del pintor Pual Gaugin, aquí transformado en Charles Strickland, e interpretado admirablemente por un George Sanders que se convertiría en el prototipo de intérprete ideal para el realizador –llegaría a protagonizar tres de sus películas-.


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Strickland es un hombre convencional, que de la noche a la mañana abandona su hogar, su esposa y sus hijos, huyendo de Londres y trasladándose a Paris. Su esposa piensa que lo ha hecho por una posible relación con otra mujer, para lo que envía al escritor y amigo Geoffrey Wolfe (un excelente Herbert Marshall, que se hará habitual en su presencia durante buena parte de las adaptaciones de las obras del escritor). Este contactará con Strickland -que vive en Paris de manera muy limitada-, quien le confiesa que ha decidido instalarse allí para poder expresarse pintando. Junto a esa inquietud artística y vital, Charles se caracterizará por sus afilados e hirientes manifestaciones, que resultan casi escandalosos para la mentalidad de la época.

Es posteriores encuentros, Wolfe irá descubriendo la vida de miseria que el pintor sobrelleva, aunque otros colegas suyos de mayor éxito popular reconozcan su talento. Uno de ellos es Dirk Stroeve (Steven Geray), un hombre bondadoso que incluso lo llevará a su casa cuando nuestro protagonista se encuentra enfermo, pero que finalmente solo logrará que su esposa –Blanche (Doris Dudley), que inicialmente se oponía a traer a casa a Strickland-, se vaya finalmente con él, llegando el humillado esposo a dejarles y abandonar el estudio. La relación del controvertido pintor con esta nueva pareja finalizará repentinamente, llegando Blanche a suicidarse ante su imposibilidad de vivir sin compartir su existencia con el polémico artista.

Tras sobrevivir en un entorno definido en el rechazo hacia su persona y el alcance revulsivo de sus propuestas, Charles viajará hasta Tahití. Allí de forma sorprendentemente logrará alcanzar la culminación de su anhelo de lo absoluto, casándose con una joven indígena que en su total entrega a él y dentro de un entorno paradisíaco, proporcionará al protagonista la base necesaria para poder expresarse artísticamente a plena satisfacción. No obstante, su búsqueda para expresar la belleza sufrirá un duro revés cuando contraiga la lepra. No será ello un obstáculo para impedirle llegar a la cumbre de su obra, expresada en una serie de frescos realizados en la sencilla cabaña donde vive aislado junto a su esposa. Se trata de una creación soberbia que el médico contemplará conmovido cuando visite al pintor y este muera, y que su esposa destruirá con el fuego por orden del fallecido, privando a la humanidad de la contemplación y disfrute de su obra inicialmente más perdurable.

Sin lugar a dudas, un planteamiento de base tan delirante por su carácter extremo, debía contar con una enorme convicción cinematográfica a la hora de ser trasladado en imágenes. De hecho, la trayectoria posterior de Lewin como director ahonda en esta tendencia, especialmente en PANDORA…, pero resulta sorprendente que –pese a su trayectoria previa en un estudio- el director demostrara tanta inventiva en su primera incursión como realizador. THE MOON… resulta admirable en primer lugar por la enorme destreza en el uso del flash-back y el manejo de las situaciones temporales –quizá partiendo de la influencia del muy cercano CITIZEN KANE (Ciudadano Kane, 1941. Orson Welles)-, que propicia una serie de giros en esa vertiente, sorprendentes en la precisión de su manejo. Desde esta su primera película, Lewin apuesta por el tratamiento de temáticas basadas en la riqueza cultural, el arte, la búsqueda de la belleza, el contraste entre la rutina y la creación, o el alcance moralista de unos comportamientos censurables. Elementos todos ello que quizá tengan un excelente caldo de cultivo favorecedor en entornos llenos de hipocresía –ese Londres victoriano que anula casi físicamente la personalidad de Strickland- o miedo –los nativos que apedrean a la joven esposa del pintor cuando esta lava las ropas impregnadas con la lepra del moribundo artista en el arroyo; “el miedo los hace feroces” se comenta-.

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Lo que resulta fácilmente constatable es que todas estas obsesiones tienen una espléndida traslación en la película, debida a la enorme inspiración de la puesta en escena de Lewin, que sabe sintetizar en poco más de ochenta minutos una propuesta llena de densidad, en la que cada plano aporta una idea, una reflexión, y en la que se despliega tal capacidad de convicción que llega a hacernos creíbles incluso algunos giros de su historia especialmente difíciles de asimilar –el episodio que acontece con el bondadoso pintor de éxito comercial y su esposa-. Y es dentro de una historia que se extiende a partir de la necesidad de expresión de un ser sensible y tan lúcido y distante como cruel y cínico, donde Lewin logra incorporar su gusto por una dirección artística especialmente cuidada, dotada de resonancias culturalistas y, sobre todo, la compenetración de la imagen con unos diálogos que –además de ser en sí mismos de una enorme riqueza-, se complementan a la imagen con tal singularidad que incluso superan lo alcanzado en la posterior …DORIAN GRAY.

THE MOON AND SIXPENCE es una delicatessen en la que se ofrecen dos personajes contrapuestos y complementarios que permite un duelo entre dos actores de la talla de Herbert Marshall y George Sanders, evoca en sus escuetas secuencias filmadas en Tahití, los ecos del TABU (1931) de Murnau y Flaherty, y deja sugerencias tan intensas, tan cercanas a la pureza del alma, como la contemplación de esa auténtica obra maestra de Strickland –que al parecer se rodó en color, aunque en la copia que contemplé se visualizaba igualmente en blanco y negro-. Unos instantes cinematográficos que logran trasladar la imagen a una dimensión casi mística, ante la que el mejor aliado existente es siempre cualquier expresión artística. Algo representado en esa figura de la diosa de la fertilidad que, como involuntario amuleto, recorrerá la andadura vital del pintor, y morirá también en el fuego –esa trayectoria que se inició cuando decidió abandonar repentinamente su entorno familiar, y recalar en París-.

Digamos finalmente que THE MOON… se opone totalmente a cualquier semejanza con los biopics sobre grandes creadores a los que habitualmente nos tenía –y tiene- acostumbrado Hollywood, algunos –todo hay que decirlo- perfectamente válidos. En esta ocasión todo es narrado en voz baja, definido en un evidente escepticismo por parte del propio protagonista, y con detalles tan reveladores de puesta en escena, como son el no mostrar en ningún momento la pintura de este.

En suma, una espléndida y escasamente conocida película, que habla en definitiva de la libertad del individuo, y el papel liberador y transgresor de la creación artística como vehículo de expresión del sentimiento de nuestra alma.

Calificación: 4

http://thecinema.blogia.com/2007/072602 ... berbia.php



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Comentario del compañero James Mason:


Otro de los directores más enigmáticos, dentro de la fauna hollywoodiense, es Albert Lewin.
Hace ya algunas fechas, mi querido compañero Bruce Banner me preguntó por uno de sus títulos, el que falta por ver, ya que los otros tres son fáciles de conseguir (y los otros dos, por otra parte, imposibles, ya hablaré de ellos). Por eso hoy me decido a poner ese cuarto título del director de El retrato de Dorian Gray.

Autor de tan sólo seis películas, sobre el tampoco se ha escrito apenas nada, sobre todo en lengua castellana (y parece que prácticamente casi nada en lengua inglesa).
De su obra, solo se han visto 4 títulos en España, quedando totalmente en el olvido, absolutamente desconocidos, y nunca estrenados, Saadia y The living idol.
Pero en el año 1984, paliando un poco ese olvido, la revista Dirigido Por, a través de uno de sus grandes críticos, Antonio Castro, intentó definir la figura de este enigmático personaje, abordando su personalidad y su obra (en este caso Antonio Castro solo pudo escribir sobre The Picture of Dorian Gray, The private affaire of Bel Ami y Pandora and the Flying Dutchman).
Sería quizás innecesario decir que el estudio, no por incompleto, es espléndido (también son maravillosas muchas obras incompletas en la historia del Arte como El sepulcro de Julio II, La piedad Rondanini, las dos de Miguel Angel, Tiempo de destrucción, de Luis Martín Santos…), ejemplar en su concepción y localización de datos, impresionante a la hora de hacer una lectura de la obra (parcial) de Lewin.
En dicho estudio faltaba The moon and the sixpence, ese maravilloso estudio, grandiosa opera prima de Lewin, sobre la figura del pintor Gaughin (lectura que parte de la novela del gran escritor británico William Somerset Maughan, cuya novela mas famosa, probablemente, The razor´s edge (El filo de la navaja) fue llevada de forma soberbia al cine por Edmund Goulding. Otras obras de Maughan trasplantadas a la pantalla, fueron Of Human Bondage, El velo pintado, Lluvia, Luz en el alma o El agente secreto, que no confundir con la obra de Joseph Conrad…) y su excéntrica o extraña personalidad.
Como bien abordó Antonio Castro en el número 120 de la revista Dirigido, Lewin fue considerado por una determinada corriente crítica, encabezada por Andrew Sarris (uno de los personajes que tan pronto ensalzó a directores de poca enjundia como destrozó a otros grandes creadores, como dice Castro refiriéndose a Sarris: “triste epígono de los Cahiers”
Antonio Castro también da algunas pistas de la personalidad de Lewin al afirmar y contradecir algunos terminos empleados por Sarris:
“Efectivamente, Lewin era un apasionado de la pintura, especialmente surrealista e impresionista y tenía una excelente colección privada de Max Ernst, Delvaux, Dalí, Leonore Carrington, Magritte, Man Rayo o Dorothea Tanning. Conocía o ofrecuentaba… a Duhamel, Breton, Eluard y los hermanos Prevert…”
Por lo dicho, parece ser que se trataba de un personaje con una extraordinaria cultura artística y literaria, un verdadero intelectual (porque también era escritor y curiosamente, asimismo, productor de cine…). Pero sobre esto habla de nuevo Castro:
“Si por extraño personaje entendemos un alto ejecutivo de la Metro que empezó como guionista, que más tarde fue la mano derecha de Irving Thalberg, el universitario, de extraordinaria cultura, admirador de la novela del XIX, es muy posible que estemos de acuerdo en que Albert Lewin era un extraño personaje”
“Jean Renoir, que fue amigo de Lewin…escribía: “Alber Lewin era productor de la Metro y estaba espiritualmente tan alejado de esta firma…como lo estaba de la corte de China. Deslumbraba a sus ciudadanos con sus títulos universitarios… Produjo films de belleza innegable… Adoraba el cine y tenía un estilo muy peculiar, que otorgaba al diálogo una importancia primordial”.

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Sin embargo, el cine de Lewin no era solo diálogo o preponderancia de lo literario sobre lo cinematográfico (como si ocurre en cierta forma en algunas de las obras de Joseph L Manckiewicz). Su cine se basa muchas veces en la metáfora, siendo uno de los máximos exponentes de la sugerencia a través de objetos, planos… creando verdaderas bellezas en cuanto a composición y movimientos de cámara, proyectando esa cultura a través de citas, objetos que denotan algún tipo de suceso venidero, la inexorabilidad del destino reflejado en un cuadro, un barco misterioso, una mirada de muerte, … o la muerte como redención… objetos inanimados que entrando en contacto con algún personaje marcan el futuro devenir. Todo en su cine parece estudiado, los retratos de personajes son ejemplares, en su mayoría de una complejidad total, de una humanidad como pocas veces se ha localizado en toda la historia del cine americano, dotando a sus películas de una espiritualidad, una sensibilidad y un lirismo fuera de lo común, pero también muchas veces marcado, todo ello, por citas literarias (no es casual que tanto Pandora como El retrato empiezan con sendos poemas extraidos de los Rubaiyait, de Omar Khayyan), o que frecuentemente algunos personajes proyecten frases que actúan a modo de losas sepulcrales sobre el pensamiento del personaje principal de turno, o como verdadera catarsis en su evolución final.
Como creo nunca lleguemos a ver sus dos últimas películas (porque me aventuro a pensar que deben de ser de difícil distribución y las plataformas digitales o distribuidoras de DVD tampoco estarían por la labor de lanzar al mercado dos títulos tan “extraños”, sobre todo, por lo que parece, el último, si bien, creo que en el fondo habría una gran cantidad de cinéfilos que estarían interesados en conocer al menos esas dos películas totalmente desconocidas, y seguro que en las revistas especializadas de cine las iban a abordar a conciencia), solo conozco una brevísima reseña sobre Saadia, la que escribió el gran cinéfilo español Terenci Moix, en uno de sus estudios sobre actores, en este caso Cornel Wilde, el protagonista de aquella: “para la misma producción fue una especie de líder marroquí en una aventura orientalista cuyos otros intérpretes –Rita Gam y Mel Ferrer- eran poco importantes para garantizar el éxito multitudinario del producto” y que de la escasa participación a nivel de opinión o votos (solo 16 votos) en el portal IMDB sacamos una votación promedio de un 4,7 (si bien The living Idol obtiene un 7,3). De todas formas, tengo mi opinión particular sobre este tipo de votaciones y la credibilidad de las mismas, ya que hay obras del simplemente correcto Sam Word votadas (por poner un ejemplo) con 7,4, o 7,5 y a Pandora se la valora solo con un 6,8. Verlo para creerlo.


Capturas:

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Título original: The Moon and Sixpence
Idioma: Inglés - Español
Tamaño....: 1.36 GB (1,400 MB / 1,434,016 KB / 1,468,432,384 bytes)
------------------ Video ------------------
Codec.....: XVID Name: XviD ISO MPEG-4
Duración..: 1:28:34
Resolución: 704 x 528
Bitrate...: 1890 kb/s
FPS.......: 25.000
------------------ Audio ------------------
Codec: 0x2000 (Dolby AC3) AC3
Info … 48000Hz 192 kb/s tot , stereo (2/0) 

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Elinks:

ed2k linkSoberbia The.Moon.and.sixpence (A.Lewin,1942).DVDrip.Dual.En.Sp.avi ed2k link stats



Subtítulos español en descarga directa cortesía de aldmm:

http://www.subdivx.com/X6XMjM4NjM3X-the ... -1942.html

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janca
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Re: The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

Mensaje por janca » Dom 19 Jun, 2016 08:47

Gracias

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ostrata
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Re: The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

Mensaje por ostrata » Dom 19 Jun, 2016 13:45

Gracias. :)

Saludos.

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Spanish Jhonny
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Registrado: Mar 18 Sep, 2012 16:01

Re: The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

Mensaje por Spanish Jhonny » Dom 19 Jun, 2016 18:03

Compartiendo
Muchas gracias

joramor
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Registrado: Vie 05 Nov, 2010 19:55

Re: The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

Mensaje por joramor » Dom 19 Jun, 2016 23:21

Muchas gracias. Salu2.

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WalterBurns
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Registrado: Dom 11 Oct, 2015 15:08

Re: The Moon and the Sixpence (Albert Lewin, 1942) DVDRip Dual SE

Mensaje por WalterBurns » Mié 22 Jun, 2016 07:30

Gracias por compartirla.