Cada semana mas o menos ire colocando otros 4 hasta completar los 20 capitulos de la coleccion
CRÓNICAS DE UN PUEBLO
Emisión: TVE
Año de estreno: 1971
Director: Antonio Mercero
CRÓNICAS DE UN PUEBLO
Las historias cotidianas de un pueblo ficticio de Castilla.Una lección sobre El Fuero de los Españoles ideada por la mano derecha de Franco, el Almirante Carrero Blanco.
La serie a pesar de su carga ideológica, consiguión un rotundo éxito en la pequeña pantalla, llegando a competir con los telefilms américanos números uno en audiencias durante muchos años.
La escala jerárquica estaba muy definida, como ya no lo explicaban los antiguos libros de texto, las autoridades del pueblo: el alcalde, el cura, el cabo de la guardia civil y el maestro.
En esta seríe ocurría lo mismo, ellos erán la voz cantante del pueblo con el alguacil que unía a las autoridades con el resto de ciudadanos.
La serie se rodó en Santorcaz (Madrid) en la ficción era Puebla Nueva del Rey Sancho.
Todo muy bien pensado ideológicamente como por aquel entonces mandaban los principios del Movimiento.
Cuando murió Franco, Antonio Mercero realizó otros proyectos más interesantes y menos discutibles ideológicamente: La Cabina con José Luis López Vázquez, Verano Azul y la famosísima Farmacia de Guardia.
Con guión de Juan Farias, se trata de la primera serie dirigida por Antonio Mercero para TVE. Entre sus intérpretes se encontraban Jesús Guzmán, Emilio Rodríguez, Rafael Hernández, Antonio Rodríguez, José Maria Aguado o Pablo Millán.
La teleserie comenzó a emitirse en 1971 y estuvo tres años en antena, con gran éxito, calando en la memoria de varias generaciones de telespectadores.
A través de los personajes característicos de una pequeña localidad se muestran diversos aspectos de la vida comunal y sus problemas. Impregnada de los valores imperantes en España durante el régimen político anterior a la democracia, fue rodada en Santorcaz, cerca de Madrid.
El alcalde, el maestro y el cura tratan de lograr que sus convecinos, un tanto reacios al progreso tecnológico y social, se convenzan de que las cosas han cambiado.
A parte de las fuerzas vivas del lugar, defensoras a ultranza del bien común, así como el pueblo, tomado como colectividad y los niños, como depositarios del futuro, y a su vez, de la inocencia que cabía proteger había otra figura destacada, la del forastero, personaje un tanto ambiguo y misterioso que representa el peligro que podía socavar el orden y la tranquilidad del pueblo